Vladímir Putin ha asegurado su permanencia en el Kremlin hasta 2030 tras obtener un aplastante 87,5% de los votos en las recientes elecciones presidenciales de Rusia, según informes preliminares con el 32% de los votos contados por la Comisión Electoral Central (CEC). Esta victoria marca el mayor triunfo electoral de Putin desde que asumió el poder en el año 2000, desafiando las adversidades de la guerra en Ucrania y las sanciones económicas impuestas por Occidente. A sus 71 años, Putin se garantiza otro mandato de seis años, con la posibilidad de reelección gracias a la reforma constitucional de 2020 que eliminó los límites previos a su continuidad en el poder.
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Los resultados preliminares sitúan a Nikolái Jaritónov, del partido comunista, en segundo lugar con un 4% de los votos, seguido por Vladislav Davankov de Gente Nueva con 3,86%, y el ultranacionalista Leonid Slutski con el 3%. Las elecciones, sin embargo, han estado rodeadas de controversia, ya que la oposición denunció la imposibilidad de participar debido a restricciones técnicas impuestas por la CEC y la ausencia de observadores occidentales en el proceso. A pesar de las denuncias de manipulación electoral, la participación electoral proyecta superar el 74%, marcando un récord desde la instauración de elecciones presidenciales directas en 1991. En un contexto de represión hacia la disidencia y ataques durante el período electoral, la comunidad internacional y los críticos del Kremlin observan con escepticismo el desenlace de estas elecciones.
