REDACCION.- En un giro impactante, fiscales de Guatemala han solicitado la nulidad de las elecciones presidenciales celebradas en agosto pasado y el retiro de la inmunidad del presidente electo, Bernardo Arévalo. La petición se produce en medio de una investigación que alega irregularidades en el proceso electoral y actos ilegales relacionados con la formación del partido Movimiento Semilla de Arévalo. La noticia ha desencadenado una respuesta contundente de la Organización de Estados Americanos (OEA), que ha denunciado el intento de golpe de Estado por parte del Ministerio Público guatemalteco, generando un clima político tenso y controvertido en el país centroamericano.
La presidenta del TSE, Blanca Odilia Alfaro, respondió a esta solicitud de nulidad asegurando que no alteraría los resultados que llevaron a la victoria de Arévalo y que no era posible repetir las elecciones presidenciales en este momento. Sin embargo, la solicitud de los fiscales ha generado una respuesta internacional, con la Organización de Estados Americanos (OEA) condenando lo que calificaron como un intento de golpe de Estado por parte del Ministerio Público guatemalteco.
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La investigación presentada por los fiscales del Ministerio Público reveló varias supuestas irregularidades en las elecciones. Alegaron que un software de transmisión de datos electorales adquirido por el TSE fue objeto de sabotaje, lo que permitió la alteración de los resultados. Además, señalaron presuntas alteraciones de actas por parte de supuestos afiliados al Movimiento Semilla. También hubo acusaciones de irregularidades en la adhesión de ciudadanos al partido, con un alto porcentaje de hojas de adhesión consideradas inválidas.
Los fiscales también alegaron indicios de lavado de dinero relacionados con el partido Movimiento Semilla, ya que los ingresos no coincidían con los egresos y se detectaron contribuciones financieras indebidas. Como resultado, los fiscales anunciaron que solicitarían la eliminación de la inmunidad del presidente electo, Bernardo Arévalo, y la vicepresidenta electa, Karin Herrera. Esta situación continúa generando controversia y tensión política en Guatemala, con implicaciones significativas para el futuro político del país.
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