El fracaso del multiculturalismo, eso que hemos visto queriendo quemar a Francia en estos días, es el fracaso de la “nueva izquierda”, esa izquierda que irresponsablemente compromete el futuro de sus naciones, con el único interés de conseguir los votos de esas minorías venidas forzosamente a “mayorías”, a través de una migración descontrolada, patrocinada por la misma izquierda.
Cuando las culturas son muy disímiles, tienen serios problemas para adaptarse, para convivir en un mismo espacio geográfico. Como muestra, luego de tres generaciones, los argelinos, magrebíes y otros africanos en Francia ¡¡NO SE SIENTEN FRANCESES!! y muy en el fondo, hasta odian ese país y su cultura.
La historia nos enseña que los intereses territoriales pueden subvertirse, de hecho, cada guerra desde el principio de la historia ha sido capaz de mover fronteras, y convertir la nacionalidad de ciertos parajes de un momento a otro, pero luego de unas generaciones, wow pierde importancia, si no, pregúntenle a los habitantes de “El Peñón de Gibraltar” si desean volver a ser españoles.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, hubo corrientes migratorias impresionantes, tales como: españoles yendo a Alemania y Suiza, italianos yendo hacia Argentina, etc. Pero nunca he escuchado de una revuelta de ninguno de esos grupos en los países receptores.
Los hispanoamericanos hemos migrado a todas partes del mundo occidental, y mal que bien nos hemos adaptado olímpicamente a nuestros nuevos hogares.
Sin embargo, cuando hablamos de sociedades africanas, sobre todo si son musulmanas, su adaptación es imposible, de hecho, mientras más crecen en número, mientras más poder consiguen, más grande es su resentimiento, y terminan, a mediano o largo plazo, tratando de IMPONER su cultura en los lugares de acogida.
Algo que debemos preguntarnos es ¿cuál es el interés de Arabia Saudita de expandir el Islam, de llenar el mundo de mezquitas si ellos NO permiten una iglesia cristiana en su territorio?.
Los extranjeros cristianos que viven en Arabia Saudita solo pueden practicar su fe en la intimidad de sus casas, biblias, crucifijos y demás artículos religiosos no musulmanes, están prohibidos.
Rafael L. Olivo
