El 26 de abril de este año, nos decía el periódico “El País”, que el ejecutivo de Reino Unido hacía aprobar una ley de migración que, entre otras cosas, le pasaba por encima el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y es que, a pesar de que hace ya más o menos un año Boris Johnson ya había hecho aprobar una ley anti inmigrante bastante dura, el actual primer ministro la ha endurecido aún más.
Dentro de las novedades de esta ley, está el hecho de que las protestas del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, caerán en “saco roto” en lo adelante, y nada impedirá Gran Bretaña de deportar a todo inmigrante que entre ilegalmente a su territorio a su país de origen o, en caso contrario, a un tercer “país seguro, que en este caso, es nada más y nada menos que a Ruanda, país con el cual han suscrito un acuerdo para tales propósitos, sin importar la nacionalidad de infractor.
Es decir, si entraste ilegalmente a Reino Unido, no puedes pedir asilo, serás inmediatamente deportado y, si deseas asilo, tienes que pedirlo desde el país en que te encuentres, antes de llegar allá.
Hace un tiempo dije que el mundo se estaba cansando de la prédica izquierdista de “puertas abiertas” e inmigración sin control, y esto que vemos aquí, no es más que reflejo de ello.
Rafael L. Olivo
