El Papa Francisco instó a los sacerdotes a «no preguntar tanto» durante las confesiones, enfatizando que «Dios perdona todo». Esta recomendación se dio durante su visita a la parroquia de San Pío V, en las afueras de Roma, en el contexto de la iniciativa «24 horas por el señor».
El pontífice alentó a los sacerdotes a centrarse en el perdón divino, recordando a los fieles que «Dios no se cansa nunca de perdonar» y desea verlos «renovados, libres, ligeros en el interior, felices y en movimiento».
Durante su visita, marcada por la cercanía con los feligreses, incluidos muchos niños, y pese a los desafíos de movilidad y un reciente resfriado, Francisco participó activamente en la liturgia, incluso confesando personalmente a algunos fieles.