En su juicio, Wesly Vincent Carmona, apodado «El Dotolcito», expresó arrepentimiento y pidió disculpas públicamente a su familia y a la de la víctima, así como a la sociedad, reconociendo que no siguió los consejos adecuados, aunque no especificó detalles sobre estos. Durante su defensa, insistió en su incapacidad para hacer daño a otros y solicitó a las autoridades judiciales una sentencia justa, argumentando que su caso no debía verse influenciado por presiones sociales o la atención mediática que había generado.