La tensión se apodera de Cabrera, en la provincia María Trinidad Sánchez, tras unas elecciones municipales que han terminado en un escenario casi cinematográfico: Marlon Pereyra, del Partido Revolucionario Moderno (PRM), se alza con la alcaldía por la mínima diferencia de un solo voto frente a Gabi Fernández, de la Fuerza del Pueblo (FP), marcando un resultado histórico de 4,001 contra 4,000 votos. Esta ajustada victoria ha desencadenado una petición de revisión de votos que, según alegaciones del coordinador de campaña de Pereyra, fue abruptamente anulada debido a acusaciones de parcialidad contra los miembros de la junta central de Cabrera, sumiendo al municipio en un clima de incertidumbre y tensión palpable.
La situación en Cabrera escaló rápidamente, manifestándose en revueltas que incluyeron la quema de neumáticos y declaraciones contundentes de los simpatizantes de Pereyra, dispuestos a defender su triunfo «con sangre» si fuera necesario. Este delicado equilibrio entre la celebración y el conflicto refleja no solo la polarización política del municipio sino también el fervor y la pasión con que sus habitantes viven el proceso democrático. Mientras Cabrera aguarda una aclaración oficial de los resultados por parte de la Junta Central Electoral (JCE), el aire se carga de expectativa y la democracia se pone a prueba en este rincón de la República Dominicana.