El presidente Luis Abinader lanzó un llamamiento urgente y contundente desde la ciudad de Nueva York ante el prestigioso Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, marcando un momento histórico para la República Dominicana. Con una voz firme y un mensaje que resonó en los rincones más lejanos de la sala, Abinader no solo agradeció el honor concedido por el presidente de Guyana, Irfaan Alí, sino que también plantó la bandera de su compromiso inquebrantable con la defensa de su nación. «¡O luchamos juntos para salvar a Haití o lucharemos solos para proteger a República Dominicana!» fue su grito de guerra, un eco de determinación que advierte sobre la urgencia de actuar unidos ante el abismo que enfrenta Haití, o enfrentar las consecuencias de un conflicto en solitario.
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El mandatario no se detuvo ahí; su discurso fue un torbellino de realidad y esperanza, marcando el fin de la era de promesas vacías y el inicio de un tiempo de acciones concretas. Abinader destacó la precariedad de Haití, al borde de un colapso humanitario y social que amenaza no solo a su país sino a toda la región, con cerca de la mitad de su población luchando contra la inseguridad alimentaria. La voz de Abinader fue clara: el tiempo para actuar es ahora, con un llamado apasionado a la comunidad internacional para que cumpla sus promesas económicas y evite que Haití caiga en el olvido. Su mensaje fue un recordatorio poderoso de que la solidaridad y la acción inmediata son cruciales para enfrentar las crisis humanitarias y climáticas, uniendo a las naciones en un frente común por la seguridad y el bienestar de todos.