REDACCION.- La misa oficiada por el padre Rogelio Cruz en los alrededores del centro de entretenimiento Jet Set estuvo marcada por la emoción, la rabia y un firme clamor de justicia. Con voz firme y mirada indignada, el sacerdote exigió al Estado una investigación transparente sobre el derrumbe del techo que cobró varias vidas, afirmando que se debe llegar hasta las últimas consecuencias, “caiga quien caiga”. La ceremonia fue un acto de solidaridad, pero también un grito de impotencia ante una tragedia que aún deja más preguntas que respuestas.
Durante la homilía, el padre Rogelio bendijo aceites de sanación y liberación, que luego roció sobre las fotografías de los fallecidos colocadas en el perímetro del lugar. El acto conmovió profundamente a los presentes, quienes siguen sin entender cómo una estructura emblemática pudo venirse abajo de forma tan repentina. A medida que crecen las hipótesis, aumenta también la presión pública para que se esclarezca la causa de lo que ya muchos llaman la tragedia del siglo.