El triunfo de Donald Trump en las recientes elecciones norteamericanas, hasta donde recuerdo, ha sido un hito en la historia de ese país, dado que es el único presidente, además de Groover Cleveland que ha regresado luego de haber perdido y haberse ido durante un período.
Ahora bien, eso tiene una sola lectura: arrepentimiento.
Decirle que no a un presidente, bajarle del mando, probar con las promesas y cantos de sirena de otro candidato, y luego volver a elegir al que estaba, es el equivalente de decir a gritos: “ lo sentimos, nos equivocamos” o, en buen dominicano: “metimos la pata”.
Con esta reelección, mucho más aplastante que la primera victoria, donde no solo consigue los votos electorales, sino como también, el voto popular y las dos cámaras legislativas, el pueblo norteamericano no solo reconoce su error del 2020, sino que encima pide disculpas, mostrándose arrepentido, y razones no le faltan, dado que:
-Trump dejó un mundo que poco a poco se encaminaba hacia la paz: ahora encuentra guerra varias guerras en desarrollo
-Dejó una economía que, pese a la pandemia del COVID, se encontraba en franco crecimiento: ahora la economía es un desastre, donde hasta datos de la creación de nuevos empleos fueron inflados en un millón, para disimular.
-Estados Unidos y su petromoneda lideraban el mundo hegemónicamente: ahora, por las guerras, las sanciones, amenazas y otros errores, tienen al sur global parado en dos patas y desafiando la hegemonía tradicional, donde ni siquiera Arabia Saudita quiso renovar el acuerdo del petrodólar.
-La frontera sur de Estados Unidos, pese a la oposición demócrata, reducía cada día más el ingreso de ilegales – ahora encuentra la frontera convertida en un chiste de mal gusto.
Luego le sumamos la Agenda 2030 + la religión del cambio climático, con las que han estado acosando y llevando a la quiebra a los pequeños productores agrícolas y agropecuarios, a la industria, la desindustrialización y la exportación de mano de obra a otros países, etc. Incluso, han llegado al colmo de asegurar que hasta las vacas nos llevan al apocalipsis del cambio climático y, que por eso, hay que eliminarlas, para comer insectos y carne creada en laboratorios.
Estos y muchos otros puntos mantendrán a Trump bien ocupado durante estos cuatro años, por lo que, desde ya, esperamos que lo haga súper bien, de modo que J.D. Vance siga la obra a partir del 2028.