De un tiempo a esta parte y de la mano de una coalición de políticos de izquierda gobernando en Occidente, nuestro país ha sido presionado al máximo para aceptar la migración haitiana, y para darle de forma “gratuita” servicios tales como: salud, educación, etc., incluyendo lo inaudito, el de regularización.
Bajo esa política, Europa se llenó de inmigrantes ilegales, y pretendían que hiciéramos lo mismo. Sin embargo, las más recientes elecciones europeas, ganadas ampliamente por políticos de derecha, deseosos de “poner la casa en orden”, de deportar masivamente migrantes ilegales e impedir que lleguen más, están acabando definitivamente con el “efecto llamada”.
En Estados Unidos, donde la izquierda ha hecho de todo por impedir llegar a Trump, quien actualmente tiene la mayoría de los votos, parece imposible evitar su ascenso, y de no ser él, algún pupilo suyo.
Parece que se alinean los astros para que a República Dominicana se le dé, por fin, luz verde para arreglar el desorden migratorio al que hemos estado sometidos en estos últimos 24 años.
Rafael L. Olivo