- Es una compleja operación de rescate en la que cada minuto cuenta.
Las autoridades buscan a toda prisa un sumergible comercial que desapareció este domingo en la mañana, en medio de una expedición en la que cinco personas se disponían a observar los restos hundidos del Titanic.
La nave, llamada Titán y perteneciente a la empresa OceanGate, perdió toda comunicación y se cree que se encuentra en las remotas aguas frente a la costa canadiense de Terranova.
En la operación, descrita como «compleja», participan la Guardia Costera de Estados Unidos y su homóloga de Canadá, así como operadores de embarcaciones privadas y expertos en el océano profundo.
El reto para las autoridades, informó este lunes en la tarde el ejército estadounidense en una conferencia de prensa, radica en que hay una enorme probabilidad de que el navío no haya emergido de las aguas profundas en las que se encontraba.
De acuerdo con el contralmirante John Mauger, de la Guardia Costera de EE.UU., el Titán se perdió a unos 4.000 metros de profundidad.
Y, en ese contexto, el tiempo es crucial.
«Anticipamos que tienen entre 70 a 96 horas completas de oxígeno disponibles en este momento», sostuvo Mauger, quien dirige la operación de rescate, a las 16:30 hora del este de EE.UU. (20:30 GMT) del lunes.
1. SHAHZADA DAWOOD, 2. SULAIMAN DAWOOD, 3. PAUL-HENRI NARGEOLET, 4. STOCKTON RUSH Y 5. HAMISH HARDING
Los viajes privados al Titanic
Pequeños sumergibles ocasionalmente transportan a turistas y expertos que pagan para ver los restos del Titanic, hundido en 1912 y que se encuentra a unos 3.800 metros bajo la superficie del océano y a unos 600 km de Terranova, Canadá.
OceanGate cobra US$250.000 por persona para su expedición de ocho días que parte de Canadá para ver los restos del famoso naufragio.
Según el sitio web de OceanGate, el sumergible tiene un sistema para monitoreo en tiempo real de los cambios de presión y la integridad de la nave que alerta al piloto con tiempo suficiente para que pueda abortar la inmersión y regresar a la superficie en caso de que sea necesario.
La compañía presenta el viaje en su sumergible de fibra de carbono como una «oportunidad de salir de la vida cotidiana y descubrir algo verdaderamente extraordinario».
Los restos del transatlántico han sido ampliamente explorados desde que se descubrieron en 1985.
Se encuentran en dos partes, con la proa y la popa separadas por unos 800 metros. Un enorme campo de escombros rodea las dos partes de la embarcación.