Con una fortuna de 110 mil millones de dólares, el magnate Bill Gates es el segundo hombre más rico del mundo y puede realizar ciertas adquisiciones inalcanzables para casi todo el resto de la humanidad. Así es que, en estos días, el multimillonario creador de Microsoft se dio el lujo de comprarse un yate cuyo costo es de unos 645 millones de dólares.
Además de tratase de una embarcación fastuosa por donde se la mire, este modelo adquirido por Gates tiene una característica que la vuelve especialmente ecológica: no funciona ni con gasolina, ni con electricidad, sino que lo hace con hidrógeno líquido, que no contamina el ambiente.
La nueva adquisición de Gates fue construida por la naviera holandesa Feadship, y es un modelo bautizado Aqua -el millonario podrá rebautizarlo como quiera-, fue presentado el año pasado en la exposición Mónaco Yacht Show, una feria destinada a exponer y vender naves a megamillonarios.
El costo de la embarcación es de 645 millones de dólares.
Esta embarcación ecológica tiene unos 112 metros de eslora, cuenta con espacio para 31 miembros de la tripulación, posee cinco cubiertas para hospedar a unos 15 invitados, gimnasio, una piscina con cascada, un estudio de yoga, un salón de masajes y otro de belleza.
El gimnasio, como casi todo en esta embarcación, cuenta con una relajante vista al mar
La altura de los techos en el interior de la nave va de los casi tres a los cuatro metros, para crear una idea de vista abierta con ventanas blindadas que recubren toda la parte delantera de la nave para tener la sensación de flotar en el mar.
El área para el propietario de la embarcación cuenta con un amplio baño, un vestidor y una sección de spa privado. Además, ostenta una suite VIP con luz natural ubicada en la línea de flotación, decorada en un estilo minimalista.
El área para el propietario de la embarcación cuenta con un amplio baño, un vestidor y una sección de spa privado. Además, ostenta una suite VIP con luz natural ubicada en la línea de flotación, decorada en un estilo minimalista.
Pero Gates va a tener un problema con el que lidiar el día en que finalmente le entreguen en mano su fastuosa nave, se calcula que de aquí a cuatro años: no existen por el momento estaciones para cargar hidrógeno en ningún puerto del mundo. Pero seguramente el magnate del software sabrá sortear de alguna manera este inconveniente.
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