OTEANDO

EMERSON SORIANO
Por estos días me vi concernido en una jornada titánica enfrentando los planes de la legisladora dajabonera, Daritza Zapata, de cambiar el nombre del hospital Ramón Matías Mella de aquella ciudad por el de un prominente médico de Dajabón de Dajabón ido a destiempo, doctor José Manuel Rodríguez (Chelín). Cuando tales cosas ocurren, los egos se desbordan en cada uno de los implicados en el debate: la legisladora pudo asumir una conducta displicente, nosotros pudimos, un poco, haber subido de tono el discurso, y demás detalles de cualquier debate que excite las suprarenales. Mas, cuando las aguas vuelven a su nivel -particularmente cuando ello es el resultado de una sana dialéctica-, hay que ponerse a la altura de la racionalidad esperada en cada ser humano.
En una consulta ciudadana propuesta por la legisladora
antedicha, para medir la opinión del pueblo de Dajabón sobre el particular, aquella depuso la actitud altiva que venía observando y, después de someter a votación el contenido de su proyecto, los ciudadanos presentes votaron 114 a favor de que el hospital continúe llamándose Ramón Matías Mella, contra solo 14 ciudadanos que votaron a favor de que se le cambiara dicho nombre. Como resultado, de inmediato, la legisladora renunció a su proyecto y prometió dirigirse al Senado de la República, pidiéndole dejar de lado el conocimiento del mismo por consecuencia de lo antes relatado.
Como hombre de paz, que cree en el desempeño democrático de la
sociedad y, por demás, fiel cultivador de la nobleza y admirador sincero de quienes la practican, siento la necesidad de extender a la legisladora Daritza Zapata un ramo de olivo como símbolo de reconocimiento pleno a su nobleza y actitud dialéctica, mismas que devendrán en beneficio de nuestro pueblo. Y, como dijo ya el poeta Alfonso Torres, no ha habido vencidos ni vencedores, ha ganado Dajabón. Pero sobre todo, quisiera llamar la atención de todos, en el sentido de que a nadie se le ocurra politizar este tema. Con todo, me atrevo a asegurarle a la legisladora que a ninguno de nosotros nos animan proyectos políticos electorales, y que solo hemos intervenido porque lo condenamos oportuno,
y necesario, y porque el neutralismo no es una de nuestras prendas. Si bien es un derecha inalienable de todo ciudadano procurar su elección para cualquier tipo de representación política. Yo no las tengo. Así que ¡felicitémonos todos, a trabajar por Dajabón!
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