Tiro al blanco
Por Rafael L. Olivo
Ninguna fórmula económica o matemática puede explicar cómo es que el país tiene más de 30 años creciendo sobre un 5% anual, y la gran mayoría del pueblo dominicano no gana con que comer decentemente, dado que el salario promedio es el 50% de una canasta alimenticia real (eso de los quintiles es un invento del gobierno para quedar bien).
Hay estratos sociales que comen carne una vez a la semana, y no precisamente porque sean vegetarianos, si no porque no tienen para más, lo que tampoco significa que consuman abundancia de vegetales, sino que su dieta se limita a raciones limitadas de víveres, arroz y huevos.
La principal razón de que ese crecimiento solo se refleje en las clases más pudientes, es porque al tener una interminable fuente de mano de obra semi esclava proveniente de Haití, no se ven forzados a aumentar los salarios acorde al crecimiento de sus negocios y de la economía en general, si no que, únicamente, se limitan a disfrutar en exclusividad ese crecimiento, sin que el trabajador vea un mínimo avance en su bienestar.
¿Como se explica que el albañil que construye un hotel Riu, Meliá o Barceló, etc. en España gane un mínimo de 60 a 70 Euros diarios mientras que aquel lo construye aquí solo gana, con suerte, 16 o 20 Euros?
¿Como se explica que una “camarista en España gane, como mínimo, 1.200 Euros, mientras la misma camarista aquí, con casi un 30% más de trabajo gane solo 300 euros? Algunos dirán que las tarifas hoteleras aquí son mas bajas, lo cual no es necesariamente cierto, otros dirán que es por la “competitividad”, pero la competitividad NUNCA puede sustentarse sobre el estómago de los trabajadores, dado que en otros territorios del Caribe tales como La Bahamas, Las Bermudas, Curazao, Puerto Rico, Aruba, Antigua, etc. También tienen turismo, pero las entradas de sus trabajadores está por las nubes comparadas con las de los nuestros.
En fin, es una obligación del gobierno evitar que una cartera interminable de mano de obra semi esclava siga invadiendo nuestro país, para que los empresarios chupa sangre se vean precisados a aumentar los salarios, y se cumpla el principio básico del mercado: menor oferta (de mano de obra) mayores precios (salarios).
