La comunidad de Sabana de San Juan, ubicada en el municipio de Guayabal en la Cordillera Central, vive en condiciones de extrema pobreza, con más de 40 familias compartiendo solo dos letrinas para sus necesidades básicas. A pesar de la riqueza agrícola de la zona, especialmente en el cultivo de fresas, la tierra está en manos de personas que no residen en la comunidad, mientras los habitantes que la trabajan carecen de agua potable, energía eléctrica y viviendas adecuadas. El párroco Bernardo, de la iglesia El Buen Pastor, ha llamado a una intervención del Gobierno para abordar estas serias deficiencias en servicios básicos.
Uno de los problemas más graves es la ausencia de una policlínica para ofrecer asistencia médica, lo que deja a los residentes vulnerables a problemas de salud que pueden agravarse rápidamente. La mayoría de los niños en esta zona sufren de dermatitis debido al constante frío y la falta de acceso a tratamiento médico por la lejanía de los centros de salud y las limitaciones económicas de las familias. Esta situación subraya la urgente necesidad de atención gubernamental para mejorar las condiciones de vida en Sabana de San Juan.