TEXAS.– Al menos 120 personas han fallecido y más de 170 continúan desaparecidas tras las severas inundaciones que azotaron el estado de Texas, especialmente en el condado de Kerr, donde el desbordamiento del río Guadalupe arrasó comunidades enteras. Las autoridades locales, estatales y federales mantienen activas las labores de rescate, en las que participan más de 2,000 trabajadores, mientras los residentes realizan vigilias y homenajes a las víctimas, entre ellas niños, ancianos y familias completas. Uno de los escenarios más impactantes fue el Camp Mystic, donde se reportaron al menos 27 fallecidos entre campistas y consejeros.
La tragedia ha generado cuestionamientos a las autoridades por la supuesta falta de advertencias oportunas, en una región históricamente vulnerable a inundaciones. El gobernador Greg Abbott solicitó fondos estatales adicionales y apoyo federal, mientras el presidente Donald Trump anunció que visitará el estado este viernes. En medio del dolor, las comunidades afectadas mantienen la esperanza y la solidaridad, aunque la magnitud de la devastación sugiere que el proceso de recuperación será largo y complejo.