Tiro al blanco
Rafael L. Olivo
El Gobierno Dominicano se ha embarcado en un proceso de deportaciones de haitianos ilegales que, en otras épocas habría sido sencillamente imposible.
Solo hay que recordar que cuando Danilo Medina, en el 2013, luego del TC haber evacuado la Sentencia 168-13, intentó reanudar las deportaciones que no se hacían desde que Balaguer era presidente, recibió presiones de todos lados, por ejemplo: el Departamento de Estado Norteamericano, la prensa local e internacional, ONGs, la ONU, la OEA, etc. Llegando al colmo de que el Sec. de la OEA, Luis Almagro, llegó a decir que “en una isla nunca hay dos naciones”.
El que ahora Abinader tenga más espacio para maniobrar deportando ilegales sin que se entrometan con la presión desbordad las instituciones internacionales, se debe únicamente al hecho de que la izquierda ya no gobierna al mundo, habiendo sido relegada a un segundo plano en la mayoría de los países importantes, y esos donde todavía mantienen el poder, están tan disminuidos, que ya no tienen fuerza para intentar imponer su voluntad en ningún lado.
Si fuera durante la era Biden (u Obama) no solamente estuvieran amenazando el turismo, sino, como también, ya habrían venido los Soros, los Clinton, los Rothschild y otros, a decirnos que no podíamos deportar haitianos ilegales, y estarían hablando de sometimientos ante la CIDH, la ONU, etc. sin embargo, con Trump en el poder, y con la USAID fuera de combate, las posibilidades de que escuchen a los diplomáticos haitianos cuando salgan a llorar por el mundo para detener las deportaciones, son prácticamente nulas.