Babel venezolana
Para Octavio Paz, “el hombre está hecho de palabras”. Y yo, a eso me atrevería a agregar: “… y la vida está hecha de mitos y ritos (mitos fundacionales y ritos institucionales). Las palabras tienen significados y transmiten sentidos. Los mitos y los ritos dan cohesión a las empresas y luchas de todas las etiologías, promueven la concentración y la identidad en torno a una idea. Y, precisamente, comoquiera que todas las instituciones tienen un componente mítico, y devienen constructos, políticos, sociales o psicológicos, siempre será difícil hacer un ejercicio de credibilidad decididamente corroborante de todo aquello que constituya la “esencia”, o los finen que persiga una institución equis.
Lo anterior viene a cuento a propósito de un conversatorio en el que terminé incluyéndome a sugerencia de mi amiga y hermana Susana Gautreau denominado “URGENTE VENEZUELA”, promovido por el “MOVIMIENTO CIUDADANO 21 DE NOVIEMBRE”. El conversatorio giró en torno a lo que ocurre en estos momentos en Venezuela y, dentro de su marco, se hacían conjeturas sobre la situación y pronósticos acerca de lo que podría suceder a partir del escenario político actual. En la ocasión, ofrecí una opinión en la que corroboré la opinión del señor Luis Velásquez -participante-, en el sentido de que, cada venezolano debe sentirse compromisario principal de la lucha por la reconquista de la democracia venezolana.
Asimismo, agregué que los venezolanos deberían dar una oportunidad a la iniciativa diplomática en curso, en virtud de que la gramática de la diplomacia no es igual que la gramática de la lógica, y es posible que la indicada iniciativa derive -así sea por una estructura de oportunidad política, o como resultado de una bien ensamblada estrategia, si alguna- en algo que contribuya a la causa común de todos los opositores al régimen de Maduro. Recibí una respuesta del señor Velásquez que, al principio, me hizo creer que había cometido un error al opinar así. Luego él, gentilmente, me explicó que la energía de su respuesta en modo alguno era increpante, sino que ello era parte propia de su ideolecto. Solo que él no cree en la iniciativa diplomática en curso.
Para cuando terminó el conversatorio dos cosas sí quedaron establecidas por mí: que el universo antológico hecho de las palabras mitos y ritos del señor Velásquez y el constituido de los míos tenían significados distintos, y más incluso: aquello me imbuyó de tal confusión, que ya no supe dónde ubicar la falsa oposición a que recurrentemente se refiere aquél, si en el colectivo de María Corina y Edmundo o en el MOVIMIENTO CIUDADANO 21 DE NOVIEMBRE.