Tiro al blanco
Rafael L. Olivo
Nadie discute que la “Era Moderna”, la cual comienza con el Descubrimiento de América en 1492 (o la caída de Constantinopla en el 1553, dependiendo a quien se le pregunte), le ha pertenecido enteramente a Occidente (Europa y sus descendientes más avanzados, como Estados Unidos, Canadá, etc.) y que estos han liderado la era más rica, tecnológica y científicamente más avanzada de la historia, sin embargo, el futuro próximo luce turbulento.
Europa, que pasó de una organización social tribal a una sociedad tecnológica y socialmente más avanzada en solo 450 años gracias a la dominación romana, recorrió un oscuro medioevo lleno de mitos y leyendas, que no pudieron impedir que la ciencia y la ilustración se abrieran paso, lo que poco a poco le preparó para el florecimiento que ha disfrutado hasta el día de hoy.
¿Cuál es el problema?
Todo ha marchado perfectamente hasta que el “wokismo” de izquierda ha invadido las más altas esferas de los gobiernos europeos, quienes han aprovechado su visceral animadversión hacia la industria, para cumplir sus deseos usando la “agenda verde” como razón, y el “cambio climático” como excusa, abrazando ambas cosas como una religión de culto, y declarando como “hereje” a cualquiera que disienta de sus creencias.
El caso es que han gastados sumas estratosféricas de dinero en su dichosa agenda , han impuestos unas regulaciones a la industria imposibles de cumplir, impulsaron el cierre de centrales nucleares en países como Alemania, han causado (junto a otros factores, como la guerra) el encarecimiento de la energía, más un largo etc. Que, al final, solo han creado las condiciones perfectas, no solo para que nadie quiera invertir en el continente, si no para que cada vez más industrias encuentren más atractivo cerrar y/o mudarse a otras latitudes.
Las industrias automotrices, como Volkswagen y otras cierran fábricas, las tecnológicas son inexistentes, cada vez hay más pesimismo y, de seguir así la cosa, puede que los izquierdistas “verdes” y “ecologistas” de Europa, consigan en poco tiempo lo que han deseado toda la vida: un continente ruinoso y vacío, sin industrias, donde los árboles comiencen a crecer en medio de las autopistas por falta de vehículos que las transiten.
