Al llegar Trump a la presidencia de Estados Unidos en el 2016, era un perfecto advenedizo, ignorante de las maquinaciones políticas típicas de Washington, ya que, a diferencia de los presidentes del pasado, no había tenido cargo público alguno, electo o no, por lo que la red de intrigas que le tejieron sus enemigos alrededor, no solo le mantuvieron contra las cuerdas impidiéndole desarrollar su programa de gobierno, si no que casi le hacen volar del cargo en varias ocasiones.
Lo peor es que durante su primer gobierno, su mayor problema era el “enemigo interno”, gente de su entorno que trabaja con o para sus enemigos políticos, filtrando y hasta inventando perjudiciales para su persona y su administración.
Un ejemplo es cuando nombró a Christopher Wray como Director del FBI, y luego fue esta misma agencia que no solo ocultó datos oscuros de la computadora de Hunter Biden que comprometían su padre, el entonces candidato Joe Biden, sino que ordenó a los gerentes de redes sociales tales como Twitter, Facebook, Instagram y otras, que borraran cualquier referencia al tema, a pesar de que, al estar en posesión de dicha computadora, sabía que todos los rumores eran ciertos, en pocas palabras, ocultaba las terribles verdades de Joe Biden y su familia, al tiempo él y su equipo propagaban rumores falsos y negativos de Trump.
En fin, Trump tuvo que nadar contra el FBI, la CIA, su propio Departamento de Justicia, etc. La situación era tan complicada, que el gobierno parecía demócrata y Trump parecía ser la oposición, al extremo que, incluso, hasta su ex Secretario de Estado, Mike Pompeo, y su vicepresidente, Mike Pence, le traicionaron a pocos días despues de perder las elecciones, por lo que cabe preguntarse uno si en realidad no le habían traicionado antes, y trabajaron en las sombras, junto a los demócratas y republicanos neo conservadores, buscando su destitución.
Esto nos dice que un ni Trump era considerado un republicano, ni los republicanos eran “trumpistas”, pero eso ya ha cambiado, dado que ahora, Trump viene con un equipo de leales a él y a su proyecto de gobierno, y va a reformar al FBI, la CIA, Seguridad Nacional, el Ejército, Departamento de Justicia, la cúpula militar, Educación, Salud y todas las instituciones a su imagen y semejanza, lo que le va a “curar en salud” de filtraciones, diatribas y problemas, evitándole peligros y distracciones innecesarias, o al menos, esa es la idea, dado que, como toto humano, podría equivocarse con alguno de los elegidos.
Si esto es positivo o negativo ya lo veremos más adelante.