Tiro al blanco
Por Rafael L. Olivo
Hasta hace poco, la izquierda era la ideología dominante en toda la Unión Europea, salvo casos aislados como Hungría y Polonia, Europa estaba regida por un “buenismo” que más bien parecía ser que querían reproducir la ideología hippie de los 60’s: amor sin límites (hasta casarse con árboles y animales), fronteras abiertas y ablandamiento de los controles para consumo de estupefacientes, abortos, matrimonios gays, etc. Pero no se limitaban a predicar su ideología en su área de responsabilidad, si no que exportaban su modelo, tratando incluso, de imponerlo a la fuerza en otros países.
En el tema migratorio y predicando con el ejemplo, esa Europa izquierdista se fue llenando de una cantidad increíble de migrantes, sobre todo del continente africano, lo que ha tenido consecuencias que la derecha advirtió y que no se escucharon a tiempo, estas consecuencias fueron, entre otras, la casi nula integración de los grupos migrantes a las sociedades receptoras, incubando problemas y resentimientos sociales que amenazan de cuando en cuando con explotar, aumento de la delincuencia y, por vía de consecuencia, de la inseguridad, habiendo países que se han convertido en verdaderos campos de batalla criminal, etc.
Visto lo anterior, los europeos han comenzado a despertar y a exigirle a sus dirigentes que adopten medidas, para revertir el daño hecho a sus sociedades con las mencionadas políticas de fronteras abiertas, las nuevas políticas ya son evidentes en Suecia, Holanda, Dinamarca, Noruega, Italia, Reino Unido, Francia, Alemania, etc.
En el antiguo entorno social, político e ideológico de Europa, era casi imposible hablar de “deportaciones masivas” de haitianos en República Dominicana, dado que era muy mal visto en el viejo continente y nos habrían tildado de ser “los nazi” del Caribe, imagen impulsada por la diplomacia haitiana, ONG’s haitianas e izquierdistas de todo el globo y amplificadas por medios de comunicación también izquierdistas, que son la mayoría.
Esto habría afectado negativamente nuestra imagen de frente al turismo, nuestra principal actividad económica, lo cual era un obstáculo cuasi insalvable a la hora de tomar decisiones drásticas contra la invasión haitiana, sobre todo por presidentes temerosos de consecuencias negativas en la economía del país.
¿Qué ha cambiado?
Que los europeos han despertado del letargo y se han dado cuenta del peligro que esa inmigración descontrolada les estaba causando, que ahora nos entienden mejor y, cuando se enteran de nuestra real situación, no solo nos compadecen, si no que saben que es una situación insostenible a largo plazo, por lo que ya nuestra imagen no está en riesgo por poner la casa en orden.
Es por ello que en los países mencionados, o ha ganado la derecha o, por temor a perder las elecciones, la misma izquierda se ha visto forzada a tomar medidas anti inmigrantes legales.
A los izquierdistas y pro haitianos del patio, no les queda más que llorar y tragarse su amargura…
Les dije que este día llegaría, y no me creyeron.