El socialismo, que es el hermano gemelo del comunismo, sueña con un mundo igualitario, es decir, donde todos seamos iguales. Pero NO sueña con un mundo donde todos seamos ricos, ni siquiera clase media acomodada, más bien como pobres viviendo con lo básico, pero en realidad trabaja para que todos seamos pobres carenciados, es decir, muertos de hambre.
Jean-Luc Mélenchon, líder de NFP, léase la izquierda dura francesa, se ha destapado diciendo que su gobierno, el que casi agarra por el cuello, subiría el impuesto a la gasolina, además de un 90% de impuestos a todo aquel que gane más de 400 mil euros.
A simple vista podría parecer que esto beneficia a los más pobres, pero al final resulta ser todo lo contrario, dado que un movimiento como este, ocasionará que las empresas trasladen su razón social (y sus impuestos) a otros países, que sus ejecutivos trabajen en Francia, pero sean pagados en terceros países, y que poco a poco todos saquen sus riquezas hacia el extranjero, lo que tendrá consecuencias en la economía, consecuencias que terminarán pagando los más pobres, trayendo más hambre y miseria justamente en las clases sociales que dicen defender.
Por : Rafael L. Olivo