El uso de mercenarios en conflictos bélicos podría ser anterior a la escritura, sin embargo, no es una personaje del que se hable todos los días.
Casi todos los ejércitos que han estado en conflicto bélico en los últimos siglos los han usado para tareas específicas, o solo como soldados en el frente de batalla. Hay empresas privadas cuya única finalidad es proveer mercenarios al mejor postor, los ejemplos más famosos de los tiempos modernos los encontramos en “Black Water” de Estados Unidos, y el “Grupo Wagner” de Rusia.
Dicho lo anterior, es curioso como Estados Unidos ha usado instituciones como Las Naciones Unidas, para tomar acciones bélicas en las que no se quieren ver involucrados, usando al personal armado de otros países, y pagando por ello, el caso más reciente lo vemos en Haití, donde los gringos convencieron al Gobierno de Kenia para que se involucrara en Haití, después que tanto Francia como Canadá declinaron la propuesta.
Las tropas de Kenia no son mercenarios en el sentido legal de la palabra, dado que el “Protocolo I del Convenio de Ginebra de 1977”, en el punto 6 sobre mercenarios dice:
”No ha sido enviado por ningún Estado ajeno a las partes en conflicto, en cumplimiento del deber como miembro de sus fuerzas armadas.”
Estos efectivos han sido enviados por un Estado (Kenia), bajo la bandera de una institución supranacional (Las Naciones Unidas), sin embargo, para efectos prácticos no son más que soldados al servicio de Estados Unidos, que busca evitar muertos ni escándalos en un año electoral.
Aprendieron su lección en Vietnam.
Rafael L. Olivo