Prince Royce lanzó «Llamada perdida», su séptimo álbum, una obra que destila la esencia de la bachata tradicional y profundiza en temáticas de desamor y crecimiento personal, reflejando una etapa de cambios significativos en su vida, incluida su separación. Con 23 temas, el disco se presenta como uno de los proyectos más personales y vulnerables del artista neoyorquino, quien, a pesar de no entrar en detalles íntimos al estilo de Shakira, admite que su música se nutre inevitablemente de sus experiencias personales. Este trabajo incluye colaboraciones destacadas con artistas como Nicky Jam y Jay Wheeler, marcando un hito en su carrera con letras que mezclan el dolor y la autoaceptación..
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Royce, al mismo tiempo, explora la conexión entre la bachata y el sentimiento romántico, manteniéndose fiel a su género de origen mientras se aventura en nuevos ritmos, como el sonido mexicano urbano junto a Gabito Ballesteros. Su reciente álbum no solo consolida su posición como figura clave en la bachata, sino que también refleja su evolución personal y musical, con un enfoque en la composición de canciones con «sustancia» que aspira a perdurar. A través de «Llamada perdida», Royce comparte consejos de vida inspirados en su propia maduración, anticipando una gira por Latinoamérica y su participación en la maratón de Tokio, simbolizando su compromiso tanto con su arte como con su desarrollo personal.
