La Iglesia prevalecerá
La Iglesia católica atraviesa por una etapa verdaderamente crítica, pero decididamente revolucionaria. Con más de dos milenios de fundada, ha pasado toda suerte de tormentas y se mantiene incólume con más de 1378 millones de fieles en todo el mundo. La razón fundamental es que, dígase lo que se diga, haya cometido errores grandes y pequeños, lo mismo que sufrido las peores embestidas de sus adversarios, se ha mantenido apegada a su misión fundamental evangelizadora y política. Sí, política en el mejor sentido que quepa a la palabra, porque la política surge de la gregariedad, esa actitud de agruparse no desde la perspectiva del “líder y sus secuaces” aludida por Bertrand Russell, sino con propósitos ubicados en la perspectiva aristotélica del “uso del logos y la razón para dirimir en favor de la polis”; desde esta perspectiva, la Iglesia católica ha desempeñado un papel político de indiscutible incidencia a nivel mundial.
Obvio que una cosa es procurar el bien común y otra es lograrlo; las aspiraciones no siempre coinciden con el destino o resultado final obtenido. Y el mejor ejemplo son los gobiernos de los países: en principio, cada cual asume el poder lleno de las mejores intenciones, pero, acaso no todos los gobernados tienen la misma disposición de cooperación para obtener ese resultado. Por eso, nadie puede decir que la Iglesia católica ha fracasado, aunque muchos lo desean fervientemente, pues enemigos no le faltan.
En la actualidad el papa Francisco ha cerrado la primera sesión del Sínodo de la Sinodalidad, cuya segunda sesión está pautada para octubre de 2024, en medio de la vorágine producida por las denuncias y reclamos de resarcimientos por la comisión de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia. Una situación crítica para la Iglesia si se toma en cuenta que no es nueva, y que las iglesias de países como Alemania, Francia, y el propio Estados Unidos de América, han aceptado como cierta y pedido perdón por ello, y en más de un caso, mostrado disposición para el resarcimiento de las víctimas. Recientemente toda la Conferencia Episcopal Española ha sido convocada por el papa Francisco para reunirse en Roma el 28 de noviembre, luego de hecho público el informe del Defensor del Pueblo que asegura que más de 440 mil personas han sido víctimas de abuso sexual por parte de miembros de la Iglesia española. Y aquí evoco la situación de aquella renuncia en pleno del episcopado chileno luego de una reunión idéntica. Por todo lo anterior, afirmo que, si no pereció en manos de Alejandro VI, no lo hará en manos de Francisco, prevalecerá.